viernes, 20 de abril de 2007

Leyenda de la Vera+Cruz

La Leyenda de la Vera Cruz se inicia con la enfermedad de Adán que antes de morir recibió la promesa del Arcángel San Miguel de un óleo milagroso.

Adán envió a su hijo Set a las puertas del Paraíso a recoger el óleo, pero Set no consigue ese óleo prometido sino una ramita de olivo que plantará sobre la tumba de su padre, de donde brotará, transcurridos 5.500 años, el óleo de la Salvación.

Cuando creció el árbol plantado por Set sobre la tumba de Adán, Salomón pretendió emplearlo para la construcción de su templo pero no lo consigue ya que la madera, una vez cortada, resultaba o demasiado grande o demasiado pequeña, por lo que acaba destinándose a la construcción de un puente sobre el río Siloé.

Con motivo de la visita de la Reina de Saba al rey judío, la dama tiene una premonición y adora el madero advirtiendo a Salomón que esa madera motivará el fin del reino judío. A fin de evitar la predicción, Salomón decide ocultarlo en la piscina probática; el madero flota y se emplea en la construcción de la cruz de Cristo.

Con el fin de evitar que el lugar se convirtiera en un centro de peregrinación se construye posteriormente sobre el Gólgota un templo a Venus.

Transcurridos 300 años, Constantino tiene un sueño en el que se le aparece una cruz con la que obtendría una importante victoria: el árbol de la Cruz permaneció oculto bajo tierra más de doscientos años... hasta que fue encontrado por Santa Elena, madre del emperador Constantino. He aquí cómo ocurrió el hallazgo: por aquel tiempo una multitud innumerable de bárbaros se congregó a orillas del Danubio con intención de cruzar el río y conquistar todas las tierras occidentales. Cuando Constantino se enteró... llegó hasta el Danubio y colocó en sus orillas estratégicamente a sus soldados. Luego, viendo que las tropas enemigas atravesaban el río... sintió un miedo extraordinario. Aquella misma noche, mientras dormía, un ángel lo despertó y lo invitó a mirar a lo alto. Al levantar sus ojos hacia el cielo Constantino vio suspendida en el espacio una cruz formada por dos rayos luminosos y sobre ella una señal en letras de oro que decía: "In hoc signo vinces" (Con esta señal vencerás). Confortado con esta visión, el emperador hizo construir una cruz semejante a la que viera en el cielo". Tras el sueño en el que se le aparece la señal de la Sagrada Cruz, Constantino decide utilizar ese signo como abanderado de sus tropas, a modo de estandarte, delante de los soldados. Dio orden de ataque y envió sus ejércitos contra las tropas enemigas capitaneadas por Magencio, causando numerosos muertos y obligando a huir a los bárbaros que habían atravesado la orilla del Danubio. Con el signo de la cruz consiguió vencer en la batalla contra los bárbaros y expulsarlos de la frontera del Imperio.

El emperador romano reune a todos los pontífices con el fin de averiguar a qué dios pertenecía la señal en cuyo nombre había conseguido tan importante triunfo. Ningún sacerdote le supo dar respuesta pero sí acertaron algunos cristianos que le explicaron el misterio de la Santa Cruz y la fe cristiana, siendo Constantino bautizado en la religión cristiana.

Santa Elena, la madre del emperador, se traslada entonces a Jerusalén para encontrar los restos de la Sagrada Cruz, escondidos tras la crucifixión de Cristo bajo la edificación de un templo a Venus. La santa convoca a los sacerdotes judíos más sabios de Palestina para que le revelen el lugar del escondite pero estos se niegan a desvelar el misterio, siendo condenados a morir quemados vivos. Ante esta dura amenaza indicaron que Judas, el nieto de Zaqueo, conocía el lugar requerido por Santa Elena. Judas tampoco quiso revelar el secreto emplazamiento, por lo que fue condenado a morir de hambre en el fondo de un pozo; transcurridos seis días de tortura, el judío descubrió el lugar donde se encontraba la Sagrada Cruz.

Tras las revelaciones, se destruyó el templo y aparecieron tres cruces. Estaban en el lugar indicado pero desconocían cuál había correspondido a Cristo. Se produjo entonces un milagro ya que un joven fue resucitado por el Santo Madero.

Santa Elena envió una parte de la Cruz a su hijo Constantino y dejó el resto de la reliquia en Jerusalén.

En el año 615 el rey persa Cosroes se adueñó de la Sagrada Cruz, haciéndose adorar por sus súbditos fingiendo poderes divinos. El emperador bizantino Heraclio decide entonces reunir un potente ejército para luchar con el hijo de Cosroes, general de los ejércitos persas. Antes de iniciarse la batalla, llegaron a un acuerdo enfrentándose los dos jefes en un duelo. Heraclio venció al joven hijo de Cosroes, pero el rey persa se negó a aceptar la derrota y las condiciones de rendición, obligando al emperador bizantino a batallar en tierras persas, obteniendo una sonada victoria que acabó con la degollación de Cosroes y la recuperación de la Sagrada Cruz.

Heraclio consiguió tras su victoria ante Cosroes la reliquia de la Sagrada Cruz, trasladándola a Jerusalén con el boato correspondiente al vencedor; sin embargo, no se le permitió la entrada en la ciudad hasta no eliminar toda la pompa que rodeaba a su llegada, despojándose de las vestiduras imperiales y descalzándose para portar la Cruz hasta la puerta, momento en el que el muro que antes le impidió el acceso se desvaneció.

De esta manera finaliza la Leyenda de la Vera Cruz...

2 comentarios:

  1. Me ha sorprendido mucho la leyenda de la Vera+Cruz. Me gustaría saber cual es la fuente de esta leyenda, porque no he encontrado nada al respecto. Voy a buscar todo aquello relacionado con Constantino. En un principio, hay una parte de leyenda que se refiere incluso a Adán y a Set, una parte que sería precristiana. Hay otras leyendas y mitos de la Edad Media que son precristianas, el Santo Grial tendría sus raíces en la tradición céltica anterior al cristianismo, o el Camino de Santiago hunde sus raíces en el camino hacia el Finisterre atlántico, lo que pasa es que el cristianismo "bautiza" tradiciones anteriores.Podríamos hablar de muchos aspectos de indudable fuerza simbólica, como la referencia al templo de Jerusalem, la revelación a Constantino, y la representación al final de la ciudad de Jerusalem protegida por una muralla, en la que hay que despojarse de las vanidades terrenales para poder entrar. Sin duda, un buen tema para prestarle atención.

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  2. La fuente de la leyenda es el Beato Jacopo de Voragine, quien como buen hagiográfico de la Edad Media pretendió hacer cercana y amable la figura de Cristo. El es el autor de la "Leyenda Dorada".
    El objeto principal de Jacopo de Voragine y de otros hagiografístas medievales no fue componer biografías fidedignas o escribir tratados científicos para eruditos, sino libros de devoción que se adaptaran a las sencillas costumbres de la gente común. Se convirtió en la base de muchos pasionales de la edad media y poemas religiosos de tiempos posteriores. La "Leyenda Dorada" de Longfellow, que, con otros dos poemas, forman la trilogía titulada "Cristo", debe su nombre y muchas de sus ideas a la "Leyenda Dorada" de de Voragine.

    Como curiosidad te diré Javier, que si buscas los textos de la Voragine no encontrarás nada parecido a lo que es la entrada del tema y la leyenda de la Vera+Cruz. Esto lo encontré rebuscando por internet y lo he ido uniendo el resto ha sido una traducción personal del francés de unos escritos de un monasterio que pillé por ahí, pululando. Buscaré los pdf y si estás interesado te paso la dirección.

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