Con motivo de la celebración del Jubileo de la Porciúncula en el día de Nuestra Señora de los Ángeles os dejo unos párrafos que he encontrado sobre este precioso nombre y advocación...
Nuestra Señora la Reina de los Ángeles,
El nombre completo del que procede este bellísimo nombre propio de mujer, es Nuestra Señora la Reina de los Ángeles. He ahí los nombres y las virtudes que se ocultan tras este nombre realmente plural: Señora, Reina y Ángel.
Casi nada para empezar. Basta que le añadamos al nombre su respectivo artículo, para que vuele la imaginación a la sin igual ciudad de Los Ángeles, fundada por el aventurero español Felipe de Neve en 1781 con el nombre de "El Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles", en que se concentra el resplandor de las estrellas del cine y de la televisión. Es realmente la Regina Stellarum, la reina de las estrellas, la reina del glamour, además de ser la ciudad de la Reina de los Ángeles (Regina Angelorum, que dicen las letanías). Pero volviendo a su origen, el griego “ánguelos” no es poco lo que trae consigo el nombre. Ángeles fueron en un principio los mensajeros, nobles servidores de los dioses y de los hombres. Pero pronto fueron los más insignes aquellos que dedicaban sus desvelos a la intermediación entre Dios y el hombre, hasta convertirse en los ángeles por antonomasia; y buenos por su misma naturaleza; y la misma belleza personificada.
Un nombre tan sugestivo no podía quedar exclusivamente en la lista de los nombres masculinos sólo por ser ésta su forma gramatical; como tampoco quedó el nombre de María reducido a la lista de los nombres femeninos por tan poca cosa. Y así dio el salto para convertirse en bellísimo nombre de mujer a través de Nuestra Señora de los Ángeles, y también bajo la forma de Angélica, y aun bajo la forma de Ángela. Era el justo destino. De la Biblia a la patrística y hasta las más bellas tradiciones, María está siempre rodeada de ángeles. El arcángel san Gabriel, príncipe de ángeles, es el primero que aparece en su vida, anunciándole la Encarnación. Y luego, cuando da a luz al Redentor, coros de ángeles cantan y anuncian la buena nueva. Y vuelven a ser los ángeles los autores de su Asunción a los cielos; y ángeles de nuevo los que trasladan su casa de Belén a Loreto, como cuenta la piadosa tradición. ¿Cómo no iba a ser la Reina de los Ángeles si nunca persona alguna fue de ángeles y arcángeles tan bien servida? Pero es que una vez iniciado su camino, este nombre siguió extendiéndose por el mundo, tanto en la geografía como en la onomástica. Así existen ciudades y pueblos y ríos y montes y valles con el nombre de Los Ángeles en España, en Perú, en Filipinas, en México, en Puerto Rico, en Costa Rica, en Colombia, además de la relumbrante ciudad de Estados Unidos. Y formó parte en la composición de nombres tanto de mujer como de hombre: María de los Ángeles, Isabel de los Ángeles, Felipa de los Ángeles, Mariana de los Ángeles, Martina de los Ángeles, Juan de los Ángeles, Mateo de los Ángeles... tras todos estos nombres hay grandes personajes que han merecido el honor de las enciclopedias. Y no bajo esta forma, sino bajo la forma de Ángela hay varias santas en el cielo; y en la mitología griega, es éste uno de los sobrenombres de Diana y de la también diosa lunar Hécate, y el nombre de una de las hijas de Júpiter y Juno, responsable de que los europeos sean tan blancos, porque les dio los cosméticos que le había sustraído a su madre. Y en la forma de "La Hermosa Angélica" tenemos a la heroína del Orlando Furioso, de Ariosto. Como no podía ser menos, la mujer se ha apropiado de este excelso nombre de los ángeles y lo ha enaltecido mucho, mucho más.
Nuestra Señora la Reina de los Ángeles,
El nombre completo del que procede este bellísimo nombre propio de mujer, es Nuestra Señora la Reina de los Ángeles. He ahí los nombres y las virtudes que se ocultan tras este nombre realmente plural: Señora, Reina y Ángel.
Casi nada para empezar. Basta que le añadamos al nombre su respectivo artículo, para que vuele la imaginación a la sin igual ciudad de Los Ángeles, fundada por el aventurero español Felipe de Neve en 1781 con el nombre de "El Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles", en que se concentra el resplandor de las estrellas del cine y de la televisión. Es realmente la Regina Stellarum, la reina de las estrellas, la reina del glamour, además de ser la ciudad de la Reina de los Ángeles (Regina Angelorum, que dicen las letanías). Pero volviendo a su origen, el griego “ánguelos” no es poco lo que trae consigo el nombre. Ángeles fueron en un principio los mensajeros, nobles servidores de los dioses y de los hombres. Pero pronto fueron los más insignes aquellos que dedicaban sus desvelos a la intermediación entre Dios y el hombre, hasta convertirse en los ángeles por antonomasia; y buenos por su misma naturaleza; y la misma belleza personificada.
Un nombre tan sugestivo no podía quedar exclusivamente en la lista de los nombres masculinos sólo por ser ésta su forma gramatical; como tampoco quedó el nombre de María reducido a la lista de los nombres femeninos por tan poca cosa. Y así dio el salto para convertirse en bellísimo nombre de mujer a través de Nuestra Señora de los Ángeles, y también bajo la forma de Angélica, y aun bajo la forma de Ángela. Era el justo destino. De la Biblia a la patrística y hasta las más bellas tradiciones, María está siempre rodeada de ángeles. El arcángel san Gabriel, príncipe de ángeles, es el primero que aparece en su vida, anunciándole la Encarnación. Y luego, cuando da a luz al Redentor, coros de ángeles cantan y anuncian la buena nueva. Y vuelven a ser los ángeles los autores de su Asunción a los cielos; y ángeles de nuevo los que trasladan su casa de Belén a Loreto, como cuenta la piadosa tradición. ¿Cómo no iba a ser la Reina de los Ángeles si nunca persona alguna fue de ángeles y arcángeles tan bien servida? Pero es que una vez iniciado su camino, este nombre siguió extendiéndose por el mundo, tanto en la geografía como en la onomástica. Así existen ciudades y pueblos y ríos y montes y valles con el nombre de Los Ángeles en España, en Perú, en Filipinas, en México, en Puerto Rico, en Costa Rica, en Colombia, además de la relumbrante ciudad de Estados Unidos. Y formó parte en la composición de nombres tanto de mujer como de hombre: María de los Ángeles, Isabel de los Ángeles, Felipa de los Ángeles, Mariana de los Ángeles, Martina de los Ángeles, Juan de los Ángeles, Mateo de los Ángeles... tras todos estos nombres hay grandes personajes que han merecido el honor de las enciclopedias. Y no bajo esta forma, sino bajo la forma de Ángela hay varias santas en el cielo; y en la mitología griega, es éste uno de los sobrenombres de Diana y de la también diosa lunar Hécate, y el nombre de una de las hijas de Júpiter y Juno, responsable de que los europeos sean tan blancos, porque les dio los cosméticos que le había sustraído a su madre. Y en la forma de "La Hermosa Angélica" tenemos a la heroína del Orlando Furioso, de Ariosto. Como no podía ser menos, la mujer se ha apropiado de este excelso nombre de los ángeles y lo ha enaltecido mucho, mucho más.
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