viernes, 12 de diciembre de 2008

El escándalo de la Cruz (Por José Espejo)

Ya lo decía San Pablo y hoy los cristianos lo podemos comprobar:

El escándalo será eterno.

Unos estamos arañando esa Cruz, produciendo mayores dolores al Nazareno, otros cobijados, como cobardes y asustados ante el hecho más grande de la historia del mundo y los menos cargando con ella y ayudando al Maestro a pasar las amarguras de ese día.

Los hay indiferentes, de boquilla, porque cuando la cruz aprieta se acuerdan de Él. ¡A buenas horas, mangas verdes! aunque nunca es tarde ciertamente...

Pero yo me voy a referir en este pequeño escrito a los que odian al Nazareno, a su Dios en definitiva, a esos en que anida el odio a la Cruz (Nazareno) y que creen que lo van a eliminar de la faz de la tierra con leyes, con escritos difamantes o con lo que esté a su alcance.

A esos les digo que al final de sus vidas les quedan dos opciones:

1.- Arrepentirse de lo dicho y hecho en contra de la Cruz.

2.- Decir como el emperador romano Juliano: "Venciste Nazareno".

Ambos casos suponen reconocer su derrote y cargar con la Cruz.

Yo como cristiano seguidor del Cristo de la Vera+Cruz pido por ellos y les sugiero que prueben a amarlo y así comprenderán que la paz y la alegría llaman a la felicidad en este mundo, y aún en el otro, que será, sin duda, todavía mejor.

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