lunes, 3 de septiembre de 2007

Un Veracrucero en Roma (II). Por Andrés Torres. Fotografía de María.



En la BASÍLICA DE SAN PEDRO:

Nos impresionará ¡todo! . Es la más importante iglesia de la cristiandad. También la más grande. Pero a éste observador, lo que más le llama la atención es la proporción. Todos los elementos están tan armónicos que en ningún momento tanta grandeza parece desmesurada.
En el suelo, en el centro de la nave central, unas letras en bronce indican la longitud de dicha nave: 186,36 y conforme nos acercamos al altar mayor veremos las longitudes de otras iglesias del mundo:
San Pablo en Londres, 158,10 metros;
Catedral de Florencia, 149,28 metros, etc…
Otras cosas que me llamaron la atención fue la total ausencia de pinturas (nada de óleos, nada de frescos) y de esculturas en madera (nada de tallas en madera, nada de policromías). Allí todo es PIEDRA, noble piedra, eso si, y BRONCE.
Bernini nos deja, ya en el pórtico, una estatua ecuestre de Constantino, ya sabéis, hijo de Santa Elena, descubridora de la Santa Vera+Cruz.
Pero es en el interior donde encontramos la principal referencia a la Vera+Cruz en la Basílica:
Alrededor del famosísimo baldaquino y bajo las columnas que soportan la famosísimo cúpula, hay cuatro nichos con cuatro estatuas: a la Izquierda San Andrés y la Santa Mujer Verónica. A la derecha Longinos y Santa Elena.
Encima de dichas estatuas hay unas rejas en las que se guardan las reliquias: Sobre Santa Elena, un Lignum crucis, sobre Longinos, la lanza, sobre la Verónica, el paño. Sobre San Andrés no hay nada, ya que estaba su cráneo, pero Pablo VI lo regalo a los ortodoxos, que tienen una especial devoción por este Santo.
En determinados días solemnes, se expone la reliquia del Santo Lignum Crucis.


P.D. = Esta mayordomía agradece a nuestra reportera desplazada a Roma, María, la realización de dicha fotografía. ¡¡¡Un besito guapa!!!

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