viernes, 26 de octubre de 2007

ESTAUROTECAS (VIII) (Por Pedro Matías)


La estauroteca de Caravaca es una cruz patriarcal que se dice perteneció al patriarca Roberto de Jerusalén, primer obispo de la ciudad santa en 1099. Por el tamaño del relicario (7 cm. el travesaño menor, 10 cm. el mayor y 17 cm. el vertical), se sabe que se trata de una cruz pectoral.Según la tradición histórica local, la presencia de la Cruz en la fortaleza caravaqueña data del 3 de mayo de 1232 y cuenta que el sacerdote Ginés Pérez de Chirinos se hallaba preso entre otros cautivos en el alcázar de Caravaca y que el sayyid de la fortaleza, Abu-Zeit, les preguntaba por sus oficios. Llegado el turno del sacerdote, éste contestó que el suyo era decir la misa. Abu-Zeit, suscitado por la curiosidad de presenciar una misa, ordenó que se dispusiera lo necesario para la liturgia, trayendo los ornamentos de tierras cristianas. Al poco de comenzar el sacerdote se detuvo y dijo que no podía continuar por faltar en el altar el símbolo de la cruz. Y fue en ese momento cuando por la ventana del salón entraron dos ángeles que transportaban un lignum crucis que depositaron en el altar. Impresionados por el milagro los musulmanes se convirtieron al cristianismo.Once años después de la aparición de la Santa Cruz, el reino murciano pasó al vasallaje del rey castellano (1243-1244).La Cruz contribuye de una manera decisiva a dar identidad a estos territorios y se erige en un centro de irradiación de luz espiritual. De este modo la Vera Cruz marca este espacio fronterizo.La aparición de la cruz en Caravaca inspiró al nacimiento de las órdenes militares para luchar por la reconquista.Los cristianos que llegaban a esta tierra se sentían como ¨tocados y cobijados¨ por una fuerza sagrada. De ahí que muchos liberados del cautiverio acudieran a depositar sus cadenas, como exvotos, a la pequeña capilla interior de la fortaleza, en donde custodiaba la Cruz la Orden militar encargada del Castillo.La orden militar de los Templarios fue la primera que custodió y defendió el castillo y la Cruz, después de unos años de posesión directa por las tropas castellanas. Hay dos teorías sobre la fecha de su venida. La primera afirma que fue en 1244, al someterse todo el territorio murciano al vasallaje cristiano. La segunda afirma que fue en 1265-1266, al acabar la sublevación mudéjar del territorio murciano ya castellano. El Temple venía con las huestes de Jaime I de Aragón que ayudó a su yerno Alfonso el Sabio a someter la rebeldía. El rey Aragonés, educado por la Orden y amigo de ella, le otorgó casa y huerto en Murcia. Después, el rey Alfonso le donó el territorio caravaqueño. El Temple estuvo en Caravaca alrededor de 46 años. Desaparecido el Temple, la baylía de Caravaca fue dada por Alfonso XI a los santiaguistas (1344), que ocupaban ya la frontera oriental y parte de la central frente a Granada. La Orden permaneció aquí hasta la abolición de todas las Ordenes en 1868.Ya desde época muy temprana hay un reconocimiento oficial por parte de la Iglesia hacia la Cruz de Caravaca. El Padre Cuenca, en su historia sobre la Santísima Cruz (escrita en 1722), afirma que apenas ha habido algún Pontífice que no haya concedido alguna gracia o indulgencia a la Cruz. Podemos citar, entre otros, la bula del Papa Clemente VII (1392). Así mismo podemos enumerar el decreto de Clemente VIII (1597), el de Paulo V (1606), las bulas de los Papas Alejandro VIII (1690) y Clemente XI (1705). En 1736 se concede a la Cruz el culto de latría. Léon XIII, en el 4 de diciembre de 1893, ratifica los mismos privilegios de los siglos XV y XVII. Juan Pablo II promulga Año Jubilar el año 1981 al celebrarse el 750 aniversario de la aparición. A petición de la Cofradía de la Santa Vera Cruz vuelve a celebrarse el jubileo en el año 1996. En 1998 el Vaticano promulga la concesión "In Perpetuum" para celebrar un año jubilar cada siete años, siendo el primero en 2003.El nombre oficial con el que se denomina a la Reliquia en los documentos es el de ¨Vera Cruz¨, nombre bien significativo, relacionado con el Temple, pues en donde hubo templarios aparece frecuentemente el título de Vera Cruz. Desde la Edad Media se la conoce con este nombre específico: la Vera Cruz de Caravaca, es decir, la verdadera cruz. El título, juntamente con el de Santa, solamente se aplicaba al leño de Jerusalén, encontrado en el siglo IV por Constantino o por su madre Santa Elena.Tras la unificación de España y el descubrimiento de nuevas tierras, la Santa Cruz de Caravaca, continuó siendo signo de la fe que inspiró el avance del Evangelio. A Caravaca vinieron numerosas Ordenes religiosas: san Juan de la Cruz y santa Teresa de Jesús fundaron respectivos conventos, existentes actualmente. También se instalaron aquí los Jerónimos, franciscanos y jesuitas. Muchos misioneros eran residentes de Caravaca o pasaron por aquí en camino a las misiones en diversas partes del mundo, con lo que la devoción a la Cruz creció rápidamente, abarcando los confines de un Imperio donde no se ponía el sol.El Lignum Crucis original que se custodiaba en el relicario fue robado en 1934.La reliquia fue sustituida por dos astillas donadas por el Papa Pio XII en los años 40.

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